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Explora el papel de la inteligencia emocional en la gestión de proyectos. Aprende sus componentes, su importancia, consejos útiles y mucho más.
La Inteligencia Emocional (IE) es la capacidad de comprender nuestras propias emociones y las de los demás a nuestro alrededor. Es una habilidad fundamental para cualquiera, pero especialmente en la gestión de proyectos.

Muchas cosas pueden ir mal durante la ejecución de un proyecto. Las emociones mal gestionadas son una de las razones del fracaso de los proyectos. La planificación y la ejecución son habilidades de gestión esenciales. Sin embargo, la capacidad de comprender, sentir y gestionar cuidadosamente nuestras emociones a lo largo del proceso es lo más importante para alcanzar los objetivos personales y profesionales.
Tomar decisiones calculadas y meditadas repercute en todo el proyecto y en las personas que contribuyen a su éxito. Se sabe que los equipos que mantienen un alto rendimiento tienen una mejor IE.
En este artículo hablaremos de los componentes de la IE y de su importancia. Además, daremos algunos consejos para mejorar la IE como gestor de proyectos. Esperamos que explores esta perspicaz información que te ayudará a comprender mejor la IE para gestionar mejor los proyectos y ser competitivo.
A continuación se exponen los cinco componentes básicos de la IE:

Si tomamos decisiones precipitadamente, pueden ser algo de lo que nos arrepintamos más tarde. Las repercusiones de las decisiones equivocadas suelen perseguirnos después. Está psicológicamente demostrado que las personas tienden a echar la culpa a los demás y a menudo les critican si fracasan en las cosas que intentan conseguir.
Las personas emocionalmente inteligentes no hacen esas cosas. Piensan antes de hablar y actúan en consecuencia. En una discusión intensa, podemos sentir el impulso de reaccionar de forma más agresiva. La IE nos permite mantener la calma y la serenidad y pensar dos veces antes de reaccionar.
Hay que autoanalizarse constantemente y preguntarse: «¿Causará mi reacción algún cambio positivo en la situación actual?». Si la respuesta es negativa, entonces no reacciones en absoluto. Evita decir cosas de las que puedas arrepentirte más tarde.
Este componente de la IE incluye el control de nuestros sentimientos y la gestión adecuada de los mismos. Sólo podemos progresar con una elevada autoconciencia. Gestionar las emociones en torno a circunstancias cambiantes es un reto, y necesitamos una sólida autoconciencia. Cuando somos conscientes de nuestras propias emociones y de cómo pueden afectar a nuestro pensamiento, podemos trabajar eficazmente sin reprimir nuestras emociones.
Cuando apartamos nuestras emociones y seguimos trabajando en una tarea, suprimimos esas emociones. La razón de ello puede ser el miedo a tratar con esas emociones o simplemente ignorar nuestros sentimientos viscerales. Las emociones nunca desaparecen si no se tratan con cuidado. Estas emociones no resueltas acaban golpeándonos algún día. Por lo tanto, es mejor identificarlas y tratarlas inmediatamente al enfrentarse a la situación.

Los gestores de proyectos emocionalmente inteligentes tienden a automotivarse. Debe existir un impulso y una pasión por realizar proyectos con éxito. Si una persona sabe gestionar muy bien las emociones y es consciente de ellas, pero no está lo suficientemente motivada para garantizar el resultado deseado, a la larga causa problemas.
Los gestores de proyectos automotivados son impulsivos e hipercentrados a la hora de entregar proyectos de calidad. No se estresan al ver el panorama general y pierden toda la motivación para alcanzar sus objetivos. En lugar de eso, dividen el panorama general en objetivos pequeños y alcanzables.
Todo equipo que trabaje en un proyecto debe tener un propósito. El propósito da el poder de generar las emociones necesarias para obtener los resultados deseados: quienes carecen de automotivación dudan de sus capacidades y se desaniman con facilidad.
Este conjunto de habilidades se refiere a la capacidad de entablar relaciones sólidas, comunicarse eficazmente y desarrollar la atención. La presencia es un factor crucial a tener en cuenta, porque si rehúyes constantemente las situaciones presentes, causarás una impresión equivocada a las partes interesadas del proyecto.
La conciencia social es esencial. Si no puedes comprender los cambios emocionales de otras personas mientras se comunican contigo, pasarás por alto los puntos clave de su percepción del proyecto. Si pasas por alto los puntos clave, te resultará difícil resolver conflictos con otras personas.
Practicar la escucha activa y el lenguaje corporal positivo mientras te comunicas con los demás suele contribuir a agudizar las habilidades sociales.
El quinto y último componente de la IE es la empatía. Quienes tienen una IE más elevada son empáticos. La empatía se refiere a la capacidad de percibir las cosas desde la perspectiva de otra persona. Ponerte en el lugar de otra persona te dará una idea de sus sentimientos.
Tener empatía no sólo nos ayuda a cumplir las expectativas de las partes interesadas, sino que también nos permite construir y hacer crecer nuestro equipo con eficacia.

Las investigaciones llevadas a cabo por el Project Management Institute (PMI) indican que los proyectos dirigidos por directores de proyecto emocionalmente inteligentes tienen un mayor índice de éxito que los dirigidos sin centrarse en la IE1.
La IE tiene el poder de crear un impacto masivo no sólo en ti, sino en todo tu equipo de proyecto, así como en todas las partes interesadas del proyecto. Como gestor de proyectos, debes comprender que el éxito de un proyecto requiere un trabajo exigente.
La IE es la habilidad que contribuye al éxito de los proyectos y a mantener contentos al equipo y a las partes interesadas. No todo el mundo nace con una IE alta; es una habilidad que desarrollamos con el tiempo. La IE es lo que permite a los gestores de proyectos ser líderes de éxito.

Si eres director de proyecto, sabes que los conflictos entre los miembros del equipo y las partes interesadas son normales. Sin embargo, tener una IE alta ayuda a desescalar la situación. Puedes escuchar a ambas partes del conflicto y ayudar a encontrar la mejor solución para ambas partes.
Tener una IE elevada debe ser una prioridad si quieres convertirte en un director de proyecto de éxito. Crear una fuerte conexión emocional con los miembros del equipo crea valor. El éxito del proyecto también depende de la franqueza de los miembros del equipo entre sí. Esto crea un entorno positivo en el que todos pueden elaborar sus pensamientos e ideas.
A continuación encontrarás algunos consejos valiosos que puedes utilizar para mejorar tu IE como gestor de proyectos:

Los gestores de proyectos emocionalmente inteligentes no sólo se comprometen con la mente de su equipo, sino también con su corazón. Tener una IE elevada no sólo nos ayuda a gestionar nuestras emociones, sino que también nos ayuda a gestionar las emociones de las personas que nos rodean. Si los directores de proyecto son emocionalmente inteligentes, estarán en mejores condiciones para completar los proyectos con éxito y superar cualquier reto emocional que se les presente.
Literatura de referencia:
1 Instituto de Gestión de Proyectos (PMI). 2009. «Inteligencia emocional».
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