NEW: Learn OnDemand in Arabic, French, Chinese & Spanish – Explore Courses or Book Free Consultation
Este artículo explora los matices del liderazgo y la gestión, el arte del sacrificio estratégico, la importancia de la inteligencia emocional.
Los gestores de proyectos se enfrentan a menudo a un dilema: ¿son líderes, gestores o ambas cosas? La distinción entre liderazgo y gestión es tan antigua como la propia teoría organizativa, pero sigue siendo una fuente de confusión -y tensión- en los lugares de trabajo modernos. Mientras que a los directivos se les elogia por obtener resultados a tiempo y por debajo del presupuesto, a los líderes se les celebra por inspirar a los equipos a perseguir visiones audaces. Pero en el arriesgado mundo de la gestión de proyectos, el éxito exige ambas cosas. Los gestores de proyectos se enfrentan a menudo a un dilema: ¿son líderes, gestores o ambas cosas? La distinción entre liderazgo y gestión es tan antigua como la propia teoría organizativa, pero sigue siendo una fuente de confusión -y tensión- en los lugares de trabajo modernos. Mientras que a los directivos se les elogia por obtener resultados a tiempo y por debajo del presupuesto, a los líderes se les celebra por inspirar a los equipos a perseguir visiones audaces. Pero en el arriesgado mundo de la gestión de proyectos, el éxito exige ambas cosas.

Este acto de equilibrio es similar al de un equilibrista que navega entre dos rascacielos. Inclínate demasiado hacia la gestión, y corres el riesgo de ahogar la creatividad. Inclínate demasiado hacia el liderazgo, y los plazos caerán en el olvido. Entonces, ¿cómo se mueven los mejores gestores de proyectos a caballo entre dos aguas? Exploremos los matices del liderazgo y la gestión, el arte del sacrificio estratégico y por qué la inteligencia emocional es el arma secreta de los que dominan la cuerda floja. Este acto de equilibrio es similar al de un equilibrista que navega entre dos rascacielos. Inclínate demasiado hacia la gestión, y corres el riesgo de sofocar la creatividad. Inclínate demasiado hacia el liderazgo, y los plazos caerán en el olvido. Entonces, ¿cómo se mueven los mejores gestores de proyectos a caballo entre dos aguas? Exploremos los matices del liderazgo y la gestión, el arte del sacrificio estratégico y por qué la inteligencia emocional es el arma secreta de los que dominan la cuerda floja.
En esencia, lagestiónescontrol. Es la ciencia de organizar tareas, asignar recursos y garantizar que los resultados cumplan las especificaciones. A los gestores les encantan los diagramas de Gantt, las matrices de riesgo y los informes de situación. Son los arquitectos del orden en un mundo propenso al caos… Es la ciencia de organizar tareas, asignar recursos y garantizar que los resultados cumplan las especificaciones. A los gestores les encantan los diagramas de Gantt, las matrices de riesgo y los informes de situación. Son los arquitectos del orden en un mundo propenso al caos.
El liderazgo, por otra parte, tiene que ver conla inspiración. Es el arte de pintar una visión convincente, reunir a los equipos en torno a un objetivo compartido y navegar por la incertidumbre con valentía. Los líderes preguntan: «¿Por qué es importante este proyecto?»,mientras que los directivos se centran en«¿Cómo lo hacemos?».
La magia se produce cuando convergen estas funciones. Piensa en la construcción del puente Golden Gate. El ingeniero jefe Joseph Strauss gestionó meticulosamente los plazos y los presupuestos (gestión), pero también vendió al público y a los trabajadores la importancia simbólica del puente, calificándolo de «monumento al esfuerzo colectivo» (liderazgo). ¿El resultado? Un proyecto terminado antes de lo previsto, a pesar de los riesgos mortales y de la Gran Depresión.
Cuando Steve Jobs volvió a Apple en 1997, la empresa se tambaleaba. Tenía una abultada gama de productos de más de 350 dispositivos, incluidos aparatos olvidables como la PDA Newton. ¿La primera medida de Jobs? Reducir la cartera a sólocuatro productos: dos portátiles y dos ordenadores de sobremesa. Los críticos lo calificaron de temerario. La historia demostró que fue una genialidad.
No se trataba de un mero recorte de gastos, sino de liderazgo estratégico. Jobs comprendió que decir «no» a las buenas ideas (gestión) crea espacio para las grandes (liderazgo). Al concentrar la energía de Apple en unos pocos productos revolucionarios, reavivó el espíritu innovador de la empresa. Siguieron el iMac, el iPod y el iPhone, que transformaron a Apple en un gigante de billones de dólares.
Para los gestores de proyectos, esta lección es fundamental: Liderazgo significa priorizarel impactosobre la actividad. Como escribe el autor Greg McKeown enEssentialism: «Si no priorizas tu vida, otro lo hará».
El coeficiente intelectual de un gestor de proyectos puede darle el puesto, pero su Inteligencia Emocionaldetermina su éxito. El liderazgo en la gestión de proyectos no es sólo cuestión de carisma, sino de detectar tensiones tácitas, motivar a equipos agotados y sortear los egos de las partes interesadas.
Por ejemplo, el infame desastre del transbordador espacialChallenger. Los ingenieros habían advertido a la NASA de la existencia de juntas tóricas defectuosas en climas fríos, pero los dirigentes desestimaron las preocupaciones, dando prioridad a los calendarios sobre la seguridad. ¿El resultado? Una catástrofe. Compáralo con la crisisdel Apolo 13, en la que Gene Kranz, de la NASA, escuchó las opiniones de su equipo y fomentó una cultura en la que se valoraba la discrepancia. Sus famosas palabras,«El fracaso no es una opción», eran más un grito de guerra que una orden.
Los directores de proyecto modernos pueden aprender de estos ejemplos. Herramientas como la escucha activa y los mapas de empatía ayudan a los líderes a detectar el agotamiento antes de que descarrile un proyecto. Por ejemplo, en el gigante del software Atlassian, los gestores utilizan talleres de «monitorización de la salud» para medir la moral del equipo, asegurándose de que el bienestar emocional se alinea con los hitos del proyecto.
Simon Sinek, autor y conferenciante motivacional, destiló el liderazgo en una sola frase:«El liderazgo no consiste en estar al mando. Consiste en cuidar de los que están a tu cargo».Esta filosofía da la vuelta a la jerarquía tradicional. En lugar de ejercer la autoridad, los líderes sirven a sus equipos eliminando obstáculos, abogando por los recursos y fomentando el crecimiento.
Piensa en el cambio de rumbo de Microsoft con Satya Nadella. Cuando se convirtió en CEO en 2014, la empresa estaba plagada de competencia interna y estancamiento. Nadella cambió la cultura de«saberlo todo»a«aprenderlo todo»,fomentando la colaboración y la empatía. Dio prioridad a la computación en nube (una visión estratégica) al tiempo que facultaba a los ingenieros para experimentar (liderazgo de servicio). ¿El resultado? El valor de mercado de Microsoft se triplicó en cinco años.
Para los gestores de proyectos, esto significa:
Entonces, ¿cómo caminan los directores de proyecto por la cuerda floja? He aquí una guía práctica:
Canaliza a tu Simon Sinek interior articulando el propósito del proyecto(liderazgo), y luego divídelo en pasos procesables(gestión). Por ejemplo, un proyecto para reducir los residuos plásticos podría comenzar con un discurso inicial sobre el impacto medioambiental (inspiración), seguido de un plan sprint para crear un prototipo de envase biodegradable (ejecución).
Las metodologías ágiles combinan a la perfección el liderazgo y la gestión. Las reuniones diarias (gestión) mantienen el rumbo de las tareas, mientras que las retrospectivas (liderazgo) animan a los equipos a reflexionar sobre lo que funciona y lo que no.
Decir «no» a los interesados es una habilidad de liderazgo. Enmarca los rechazos de forma colaborativa:«Si perseguimos esta nueva función, retrasaremos el lanzamiento. Demos prioridad primero a la experiencia básica del usuario».
Utiliza las métricas para gestionar los riesgos (p. ej., las tasas de agotamiento del presupuesto), pero confía en la intuición a la hora de navegar por la dinámica del equipo. Si un desarrollador parece desmotivado, los datos no te dirán por qué, pero una conversación personal sí podría hacerlo.
La técnica de los «Cinco porqués» de Toyota ejemplifica este equilibrio. Cuando surge un problema, los directivos profundizan en la causa raíz (gestión), mientras que los líderes fomentan una cultura libre de culpas que favorece la transparencia (liderazgo).
El debate entre liderazgo y gestión es una falsa dicotomía. Como el yin y el yang, son fuerzas interdependientes. Un gestor de proyectos que sólo gestiona se convierte en un burócrata, obsesionado con las casillas de verificación pero ciego ante el panorama general. El que sólo dirige se convierte en un soñador, persiguiendo visiones sin una hoja de ruta.
El futuro pertenece a los híbridos: los que pueden reunir a un equipo con una visión convincenteyentregar un producto impecable en el plazo previsto. Así que, tanto si lanzas un cohete lunar como una aplicación móvil, recuerda: La cuerda floja no es un obstáculo. Es el camino.
En tu primer curso a pedido con nosotros
Oferta única, no te la pierdas. Tu próximo hito profesional empieza aquí.
Ingresa tu correo electrónico para recibir tu código al instante. Al registrarte, aceptas recibir nuestros correos electrónicos. Puedes cancelar tu suscripción cuando quieras.
We use cookies to ensure you get the best experience of our website. By clicking “Accept”, you consent to our use of cookies.